jueves, 5 de noviembre de 2015

En la ciudad


Corre. Rompiendo los posos que dejó la niebla y la sal de las lágrimas. Huye y despoja el dolor con un grito de seiscientos cuarenta y dos hilos de voz, con la certeza de que tras el silencio siempre habrá un camino. Retén en tu puño el pulso, y que roce cada canción que levita en los oídos de la gente que camina a tu alrededor. Y di adiós. Y vuela libre. Que explote el pecho. Y resuenen los latidos en la ciudad.

domingo, 11 de octubre de 2015

Tulipanes


Odio a mi puta cabeza. Sobre todo las noches, las malditas noches en las que el sueño se esconde y no aparece. Ahí el cerebro se convierte en ferrocarril, sin paradas, sin una sucia pausa para repostar. Y me carcome, me golpea, me deshace y me traspone a un abismo de pensamientos, donde cada uno tiene su espacio reservado para pasearse libremente por mi sien. Es un puto club privado de ideas que van con lanza en ristre y una pistola en la otra mano para rematarme si me queda algún atisbo de tranquilidad. Y caigo de forma exhausta, después de horas, tras haber bailado el agua a cada idea que acariciaba con cuchillas afiladas mi cabeza. Mi puta cabeza.
Hoy he estado en el cementerio. Te he dejado un ramo de tulipanes, tus flores favoritas. Aunque realmente ha sido por apariencias, debo mantener la idea de tristeza a mi alrededor. Pero aún así sonrío, sonrío cuando estoy frente a tu lápida. Seguramente alguien me habrá visto, pero lo atribuirá a que estaré recordando momentos felices a tu lado. Y vaya si lo hago. Cada vez que te visito recuerdo tu sangre, borboteante, frenética, al ritmo de tus latidos que buscaban la vida que se te iba por la garganta. Y tus ojos, tus ojos cada vez más vidriosos, huidizos, buscando alrededor algo a lo que aferrarse antes del fin. Luego fue fácil encubrirlo, lo tenía planeado desde hace tiempo, no creas. Pero eso ahora no importa. Lo que necesito ahora es paz, tranquilidad. Y estos malditos pensamientos no me lo permiten, me repiten que necesito más sangre, que necesito calmar mi adicción. Me mudaré. Aires nuevos, nueva vida, alejarse de todo, encajará. Y allí donde nadie me conozca buscaré la forma de tranquilizar de nuevo los deseos que abarrotan mi puta cabeza.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Fieras


Aúllan. Aúllan como fieras, bestias de la noche y la oscuridad. Relamen las heridas, esconden sus deseos, y observan, impacientes, la niebla que les rodea. Buscan, no encuentran, y la rabia les invade, y se encogen, tensos, ateridos de frío, inundándose poco a poco y ahogándose en la angustia de una noche más sin libertad.

lunes, 17 de agosto de 2015

Universo rojo


Tenía una cierta calidez en la voz que hacía que todo lo que transcurría en esa habitación, en el mundo, en aquel lugar donde sus labios moviéndose eran un baile delicado rodeado de movimiento frenético, fuera una simple brisa imperceptible que recorre una montaña que se encuentra en total silencio. Con cada respiración que entraba en su boca para poder continuar hablando se atisbaba una lengua que bien podría dejar exhausta a cualquier mirada que intentara no embelesarse con ese juego de curvas, que trazaba con la dulzura y sensibilidad de una tela colgada moviéndose al ritmo del viento una tarde de otoño soleada. Las palabras fluían, acariciaban los oídos y sin preámbulos se dirigían directamente al cerebro, provocando un placer entre eléctrico y dominante, poseyendo todos los sentidos del cuerpo un segundo después. Unido a la silla, incapaz de moverme un solo milímetro debido a una gravedad discordante a todo lo posible físicamente, que me hundía hacia abajo y a la vez en dirección a su boca, tuve el deseo irrefrenable de mirar a sus ojos. Y cuando un segundo después, tras haber conseguido estoicamente levantar la cabeza y olvidar ese pequeño universo rojo, su mirada se cruzó con la mía, las luces se apagaron, provocándome una exhalación debido al aire que involuntariamente había olvidado expulsar de mis pulmones, y el consiguiente sentimiento de vacío al darme cuenta, tumbado en la cama, de que todo había sido un sueño.

miércoles, 29 de julio de 2015

Cierra los ojos


¿Cómo seguir adelante cuando toda tu vida desaparece, sin dejar rastro ninguno del pasado?¿Qué hacer ante la adversidad de tener que buscar un camino entre escombros cuando creías tener todo atado y bien ordenado, cuando te das cuenta de que vivías equivocado? Todo en tu mente se desmorona, y provoca como primer punto el shock. No hay más, te dices, todo era mentira. Y ahí, en caída libre, se te revuelven las tripas y cierras los ojos. Sabiendo el futuro golpe, la rotura asegurada. Y no hay cosa más valiente que sentir miedo, no hay cosa más humana que cerrar los ojos y llorar.


sábado, 18 de julio de 2015

Bienvenidos



Bienvenidos al desastre
al derrumbe en implosión
al pasado
al ayer.
A las ciento cuarenta palabras
de una poesía
sin rima ni verso
sin métrica y sin salvación.
Bienvenidos al olvido
al baile de la súplica
con la locura
al paseo de un invierno
por el estallido
de la garganta de los cuerdos.
A la sepultura de la lluvia
ahogada en el recuerdo
del fuego ardiendo
quemando la razón.
Bienvenidos a las balas
que atraviesan la luna a pleno día
y rompen más allá
de una simple tregua.
Al tambalear de unos acordes
en plena caída
a pleno pulmón
en el interior de una metáfora
sin sentido.
Bienvenidos
a las ruinas de mis letras
al final del silencio
y el principio de la tormenta.
Bienvenidos.
Pasen y vean
y no destrocen más
de lo que ya ven
a sus pies.


viernes, 12 de junio de 2015

Sal al balcón

Y que llueva
Y se inunde la tristeza 

martes, 28 de abril de 2015

Nada


Gotas azules tambaleándose en mi sien que vienen y van, llevando por cada pensamiento un cielo, por cada sentimiento una aguja y por un latido todos mis gritos enlatados en un bote de tomate triturado. Remito tus cartas a Francia, y luego las quemo. Esparzo las cenizas en tierra quemada, como si fueran semillas a punto de brotar, creando un árbol acorde a Fibonacci, perfecto, deletéreo, injustamente inverso a tu mirada. Juego a cara o cruz con sus hojas y luego escalo por sus ramas hasta lo más alto, para sin más lanzarme, zambullirme, retarme en picado a tu espalda y en oblicuo a tu filo. Herida sobre cicatriz, sangre goteando al suelo en perfecta gravedad, pero asíncrona al reloj de la habitación donde estaba encerrado el tiempo que todo lo cura, que todo lo expande, que todo lo comprime, lo evita, lo esconde, lo protege, que todo, todo, todo...
Que nada.


domingo, 15 de marzo de 2015

Conversaciones con S (II)


— Tengo miedo.
S y yo estábamos en la terraza de una cafetería céntrica de Madrid, tras haber callejeado durante un par de horas en busca de la primera edición de un libro. No lo habíamos encontrado, y decidimos hacer un descanso antes de volver en su búsqueda. Tras habernos servido el camarero un par de cafés, S me hizo esa afirmación.
— ¿Miedo de qué?—le contesté, ya que ella no continuó la frase.
— De echar demasiado de menos el amor.
Me acomodé en la silla y le pregunté:
— ¿Demasiado?
— Sí, demasiado...—continuó— De echarlo tanto de menos que un día llegue una ilusión parecida al amor y me tire por la borda con todo el equipaje, incluida la razón. Que me sumerja, me hunda y no haga esfuerzos por flotar, con la seguridad de que puedo respirar, sin miedo a nada, sin miedo al dolor. Ese dolor que ya hizo estragos en mí una vez, y que con ese pequeño rayo de luz se desvanezca. Tener delante una hoja en blanco y que de una pequeña gota de ese océano, al que dejaría actuar sobre mí a su merced, surjan 20.000 palabras de viaje submarino al fondo de mis entrañas, de mi alma, que renueven, que hagan surgir historias de un minuto y sueños compartidos más allá de lo que una puede ser capaz de escribir. Que las dificultades fueran como una montaña de libros que sólo puedes sortear leyendo todos y cada uno de ellos, y parezcas invencible ante ello. ¿Quién no querría los problemas de esa forma? Pero que sin más y de pronto, cuando creas que todo es perfecto, entre esa montaña aparezca "50 sombras de Grey".
S se quedó pensativa mirando su café.
— Pero en el amor también pueden surgir grandes dificultades, ¿no? —le dije.
Me miró a los ojos con expresión seria y contestó:
— Sí. Pero no puedes quemarlas.


martes, 24 de febrero de 2015

Despedida en tu portal


Y se acaba, se acaba todo. Se funde en mil partículas de agua, diluvio universal.
Repite conmigo: todo se acaba.
Desaparece en contacto con el aire, ultraje al deseo, destrozo universal.
Repite conmigo: (absolutamente) todo se acaba.
Todo.
Todo, después de tu invierno.


viernes, 13 de febrero de 2015

Tiemblo


Y hago sombras con mis manos
a la luz de tu cuerpo.
Y hago letras también
con las que creo un idioma
donde latido y corazón
son sinónimos y fábula.
Y te nombro
me miras
y tiembla el cielo
el viento
y los miedos.
Y tiemblo yo
pobre de mí
tiemblo
y no hay forma de pararlo
no hay forma
de dejar de sentir
el mundo a un paso
y el temor a huir.


viernes, 23 de enero de 2015

Caos


Puedo ser destructivo. Serlo ahora mismo, justo en este momento. Decirte una frase que te destroce por dentro, que te haga mirarme con cara de loca pensando la forma más fácil de arrancarme la cabeza. Y en cambio aquí estoy, en silencio. Observando las nubes moverse lentamente, tapando en ocasiones al sol y haciendo que la brisa sea más fría durante unos segundos. Mordiéndome la lengua, siendo cauto. Y todo por el amor. Por esa puñetera estupidez del amor que me ha comido por dentro y me ha hecho vulnerable a tu mirada.