tag:blogger.com,1999:blog-46387122974879320052024-03-13T17:13:48.466+01:00Ragga Movirektor blog'sEscritos y otros cuentos de una forma apalabradaRagga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.comBlogger93125tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-25801060475721862522020-04-26T21:51:00.000+02:002020-04-26T21:51:08.294+02:00Oscuridad Quiero hundirme en esa oscuridad que no deja pensar. Doblar mis rodillas y mi espalda y mi cabeza, y también la tristeza. Doblarla despacio, sin arrugas, y soltarla, que caiga, se difumine, se confunda con la sal de mis dedos, que han viajado del pecho al vientre, a las rodillas y al talón de Aquiles, ascendiendo de nuevo, alojándose en el reducto de mis costillas, recorriendo luego cada vértebra para luego deslizarse a los hombros, a la sien, al óvalo que se forma bajo mis ojos, cerrando mis párpados, protegiendo, ocultando, dejando en una irónica soledad al viento que sopla en mi interior. Quiero hundirme en esa oscuridad que no deja pensar, pero ese viento, el de dentro, sigue rodeado de miedo.<br />
<br />Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-34501660976541793162020-04-22T20:49:00.001+02:002020-04-22T20:49:47.720+02:00Oscuridad y luzSoy un ave nocturna que asciende y desciende en el cielo, encoge su cuerpo plumífero y retiene en sus retinas negras todos los pensamientos que es capaz de observar evaporándose desde las ventanas de las casas. Y en el pequeño reducto de mi nido, rodeada de sombras y a veces lluvia, los dejo reposar, deshilachados y unidos unos a otros.<br />
Soy la oscuridad y la luz que habita la noche, soy la duda y el miedo, la claridad o el deseo, soy la incipiente idea que surge en los silencios, y cada noche escojo uno de esos pensamientos de mi nido, lo arrullo entre mis plumas y comparto mi calor. Los otros se hacen polvo, desaparecen entre las estrellas, y a ese que he protegido lo alimento y dejo crecer en la madrugada, para luego, antes de la primera luz del día, devolverlo al lugar de donde vino.Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-70128668643131173512020-03-22T21:06:00.000+01:002020-03-22T21:12:03.331+01:00Nudos<br />
Llagas de papel que se deshacen en una cesta de mimbre, escondida con cuidado tras el sonido de tus manos cerrándose, rozando palma y dedos, cosquilleo y calor, levitar y deshacer. Pluma de estornino, temblor y escalofrío, ojos vendados que hacen brotar de mis oídos un ramo de hierbaluisa, que calma los miedos y evapora las dudas. Madera de roble, pino y eucalipto, apilada en un intento de cinta de Moebius, giro inesperado, frío tiritante, hasta arder en mil diez pasos de pies descalzos sobre un cielo de hojas de otoño. Y el estornino pía, la madera crepita y en el papel se reescribe todo un silencio mientras te sigues acercando descalza, hasta llegar a mi altura, donde me abrazas y me susurras en orden asimétrico cada una de tus ciudades, deshaciendo con ello, poco a poco, cada uno de mis nudos.<br />
<br />Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-90392551224410715072020-03-15T23:58:00.000+01:002020-04-22T17:25:20.319+02:00El rompeolasCelebramos aquella fiesta a pesar de la lluvia, cubriendo como pudimos las mesas con aquella lona vieja que estaba en la bodega llena de polvo y que nunca pensábamos que fuéramos a dar uso. La tensamos atándola a las ramas de los árboles, y le dimos cierta inclinación para que el agua cayera y no se acumulara en el centro. Pusimos la mesa entre todos, y Elena colocó los altavoces para tener música de fondo. Durante la velada se notaba que nos habíamos echado de menos, aunque esta vez de forma más especial. Nos reímos recordando anécdotas de todo tipo, sin importarnos volver a escuchar esas que siempre repetíamos cada año. Quizás todos esos recuerdos algún día queden escritos, pero por ahora Iván está ocupado con su novela y es el único que creo que se puede animar a pasarlas al papel. En un futuro. Yo le empujé a ello, como cada año, pero esta vez con algo más de insistencia. Pensé que esa ausencia que no nos esperábamos hace unos meses le daría más razones para hacerlo. Él me sonrió y me respondió lo mismo de siempre, “Lo haré, cuando la idea de cómo plasmarlo en papel esté en mi cabeza”. Esta vez le vi más dispuesto, no sé si por mi voluntad a querer que ocurriera o porque realmente se había decidido a hacerlo.<br />
Atardecía y había dejado de llover, sonaba Lobo amigo, de Club del río con Ede, y una brisa que removió las ramas de los árboles me recorrió el cuerpo por dentro, con una calidez inmensa. Recordé ese abrazo que siempre me daba por la espalda mientras tomaba el café, y que me alejaba aún más de cualquier preocupación que pudiera tener. Cerré los ojos y sonreí, porque esa brisa no era lo mismo que su presencia, pero me envolvió en una gran tranquilidad. Abrí los ojos y miré a Iván, y creo que él también se dio cuenta de lo que se pasaba por mi cabeza, porque me sonrió y cogió mi mano con cariño. Quedaba poco para que el sol se ocultara tras la casa, y las hojas del roble se transparentaban con un color anaranjado.<br />
En un momento de silencio miré a todos, y les dije con nostalgia que echaba de menos el sonido de su vespa naranja cuando se iba, despidiéndose con la mano, moviendo los dedos como si estuviera tocando las teclas de un piano, y poniendo caras para hacernos reír. Nosotros le decíamos que la pintara, que parecía el repartidor del butano pero en pequeñito en ese trasto, y él se reía, y nos repetía que ni de coña, que a él le gustaba así. Siempre se iba el primero, tenía un recado o algo que hacer, y con los años dejamos de insistirle en que se quedara, porque al fin y al cabo no nos iba a hacer caso. Un día, estando los dos solos, le pregunté cuáles eran esos planes tan ineludibles. Me confesó que la mayoría de las veces eran mentira, y solo ponía excusas para poder irse hasta el rompeolas antes de que se pusiera el sol. “Allí”, me decía, “puedo estar horas pensando en mis cosas, o en todo lo que he hablado esa tarde con vosotros, hasta que me doy cuenta de que estoy temblando de frío y ya ha oscurecido, y aún me toca volver a casa con la moto. Siempre acabo con fiebre cuando quedamos todos”. Y se reía a carcajadas. Esa risa es una de las cosas que más voy a echar de menos. Creo que ha valido la pena volver a vernos. Por estar todos juntos, por no olvidarle. Aunque eso último es imposible. El hueco que deja lo cubre su recuerdo. Y nos empapa e inunda por dentro, como esas olas que chocan con las rocas en el rompeolas y que tanto le gustaban.<br />
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—A veces no soporto que el tiempo pase tan deprisa.<br />S caminaba por mi habitación, buscando un disco entre mi colección para ponerlo de fondo. Esa tarde íbamos a ir al cine que hacía esquina al lado de mi casa, y como inexplicablemente había llegado demasiado pronto, subió a mi pequeño piso para esperar juntos a que llegara la hora de la proyección. A pesar de notar cierto enfado en su voz, sabía que era uno de esos momentos en los que S comenzaba a reflexionar sobre algún tema que le rondaba por la mente, así que no dije nada, esperando a que continuara hablando.<br />—Es una sensación de impotencia, ¿sabes? Un día estás tumbada en la cama, cavilando sobre todo lo que está ocurriendo en tu vida, y de pronto te abruma darte cuenta de la incertidumbre que te rodea. ¿Qué ha quedado de ese futuro que una vez imaginaste? Eso que pensabas alcanzar con toda la seguridad del mundo. Vivimos con unas expectativas que hemos creado en nuestra cabeza con toda la certeza de que van a ocurrir tal y como las pensamos, como en un guion de película de Hollywood, y no es así. Y cuando no ocurre nos machacamos, intentamos buscar el error que nos ha llevado hasta ese final que no esperábamos, y el error no es más que la vida. Es la vida dándonos uno de los caminos de los tantos que había como posibles. Pero seguimos pensando que el que nos ha tocado es el incorrecto.<br />S eligió finalmente <i>Manual para los fieles</i>, de Piratas, y lo puso en la minicadena. Tras el instrumental inicial de unos segundos, comenzó a sonar <i>Fecha caducada</i>.<br />—Por eso nos gustan algunos libros que nos llevan de la mano hacia el fracaso de los protagonistas. Disfrutamos, en cierta manera, sumergiéndonos en su derrota, genera empatía.<br />Se acercó a mi estantería repleta de libros y cogió uno al azar. <i>A través de la noche</i>, de Stig Sæterbakken. Sonreí ante la casualidad de la relación entre lo que me estaba diciendo y aquella historia.<br />—Y la felicidad —continuó mientras leía la contraportada de forma distraída—, la falsa felicidad, aborrece.<br />Me acomodé sentándome en la cama y le contesté.<br />—¿Por eso dejaste de seguir a esa influencer de Instagram el otro día?<br />—Por eso y por los batidos. No se puede ser tan feliz tomando todos los días batido de plátano y huevo.<br />Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-25290364617599493542018-09-03T23:30:00.000+02:002018-09-03T23:30:00.133+02:00Astillas<div dir="ltr">
<br />
Ella escarba en la intimidad de su interior. Resuena la grava que envuelve sus costillas, y se arrullan en su médula las palabras que se amalgaman a cada paso, en cada caída, en cada levantarse. Y en las páginas que escriben su pasado pueden verse pequeños retazos de dolor, letras que escoge cuidadosamente y convierte, con sutileza, en un desmesurado hundimiento que lleva al lector a un estado de empática soledad, de miedo irracional al vacío. Y así, con una delicadeza de orfebre, crea un mundo donde muchos podrían esconderse, pocos conocen y apenas media docena de ojos han podido sumergirse. En esa pequeña habitación con una ventana de madera astillada, con un irónico y más que certero parecido a su corazón.<br />
</div>
Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-15710713097047335072018-08-06T16:45:00.000+02:002018-08-06T16:45:37.755+02:00Vivos<br />
Todo lo que somos se esconde en una partitura de corcheas desacompasadas. Papeles en blanco de notas que conservamos por si alguna vez. Restos de polvo en la ropa, que desgastamos y acabamos guardando en el fondo del cajón. Ahora somos polvo y ya no queda más que la imperceptible idea de lo que fue y ya no está. Ahora somos nada vestida con colores claroscuros, teñida de un azul tan grisáceo que enarbola todos los cuentos que transcurren en Siberia. Somos la palabra impresa en papel del miedo a lo venidero, del dolor presagiado, del sonido ya conocido del viento, el grito, la soledad alargando la agonía. Somos todo eso. Y eso es lo que nos mantiene vivos.<br />
Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-41095820216377554922018-05-13T23:19:00.002+02:002018-05-13T23:30:55.012+02:00Conversaciones con S (IV)<br />
La luz de una lámpara de araña iluminaba la estancia de aquella pequeña librería que encontramos de casualidad, en una esquina de alguna de esas calles por las que nos perdíamos en nuestras tardes de paseo. S deslizaba sus manos por los lomos de los libros de una de las estanterías, con delicadeza, como si fueran cachorros de perros recién nacidos, mientras leía los títulos con la cabeza ladeada y cierta expresión de concentración.<br />
—Es abrumador…<br />
—¿El qué?— le contesté.<br />
—Todos estos libros… No solo contienen la historia que tienen en su interior, en sus letras, sino también lo que no se cuenta, lo que ocurría mientras era escrito, por ejemplo. Y pensarlo es abrumador. ¿Qué sucedía mientras esta autora estaba escribiendo el cuarto capítulo? ¿En su mente ya tenía formado el final, o lo cambió por algo inesperado que le pasó días después? ¿Su escritura la movía la tristeza, o una felicidad que luego se fue diluyendo haciendo el libro más oscuro? ¿Y lo borrado, lo tachado, lo que en un momento de poca inspiración decidió eliminar, realmente debía ser olvidado? ¿Y esa casa vacía que la protagonista del libro encuentra en su huida y tan pronto como sale de allí desaparece para siempre de la trama, qué historia tiene detrás? ¿Se esconde alguien de su entorno en alguno de los personajes? ¿Y qué hay de verdad en cada uno de ellos?… Todo son caminos, que van formando nuevos caminos… Historias que bien podrían formar otros libros.<br />
—Tienes razón… Visto así es bastante abrumador— le respondí, cavilando sus palabras.<br />
De pronto, la luz de la lámpara se apagó, dejándonos en una penumbra donde solo podíamos ver nuestras sombras y las de los libros a nuestro alrededor. Miramos por la cristalera de la librería hacia la calle, comprobando que también se habían apagado en el exterior. S se acercó a mi oído y me susurró:<br />
—Creo que esto puede ser el comienzo de una de esas historias, y espero que no sea de terror.Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-45451622554145611652018-02-11T23:45:00.000+01:002018-02-21T13:34:29.457+01:00La herida<br />
La escarcha se mantiene intacta sobre los pequeños arbustos desde la madrugada anterior, y la arena cruje, como a punto de romperse, pero aguantando el envite, quedando apelmazada. Dejando las huellas de unos pies descalzos, continúa caminando hasta que llega a la orilla, donde siente en sus dedos el agua helada como pequeñas agujas, y se para durante unos segundos, mirando al cielo. Respira. Cierra los puños y aprieta con fuerza los dientes. Y se adentra, despacio, en la inmensidad azul. Su cuerpo, desnudo y blanco por el frío, como de porcelana, se va sumergiendo poco a poco, hasta que una capa de líquido lo bordea a la altura del pecho. Cierra los ojos y se concentra en controlar la respiración, aclimatando su cuerpo. Pasan los minutos, en los cuales el silencio sólo se ve interrumpido por el sonido de las olas, chocando con fuerza contra las rocas en su crecida de la marea, mientras el vaho que sale de su boca se pierde con una pequeña brisa. Todo es calma. Quietud. Hasta que la nada que llenaba su mente comienza a quebrarse. Basta una imagen, un simple retazo de una vida que ya no existe para romper esa paz ficticia. Cierra los ojos, en un acto reflejo inútil para evitar el remolino de imágenes inevitablemente nítidas. Y antes de que el escalofrío recorra todo su cuerpo, de que el temblor que lo atenaza se una en un abrazo a traición con la realidad, coge aire y se sumerge. El frío le rodea, envolviendo todo su cuerpo. Las lágrimas brotan, y tal y como nacen desaparecen en una conjunción perfecta de salinidad con el mar. Y bajo el agua grita, grita a la nada para que vuelva a su mente, a la memoria para que se aleje. Grita al miedo, ahora un siamés unido a su cuerpo, para arrancarlo de cuajo. Le quema el pecho, y es por falta de aire, por la necesidad de sobrevivir y agarrarse al último vestigio de oxígeno. Quema. Bajo el agua fría, helada, quema la herida que tarda en cicatrizar.Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-3163356953946032702017-09-10T23:18:00.001+02:002017-09-10T23:24:50.851+02:00Calma<p dir="ltr">A través de la ventana sólo la luz traspasa a la habitación, el ruido se queda fuera. Sombras proyectadas en armonía con el leve y acompasado respirar. Piernas entrelazadas, deshaciendo toda simetría. La piel, morena y desnuda, en contacto con las sábanas por puro desliz. El pelo en desorden, libre. Y la mente viajando, ajena al mundo, en ensoñaciones que resbalan por las sienes, recorriendo hombros, pecho y cintura para impulsarse y acabar volando lejos de esa cama. Y me quedo quieto, inmóvil, observando. Dejando constancia a mis retinas de este momento. Dormida y alejada de toda incertidumbre, eres calma. Eres calma trastocando todas mis ideas del amor.</p>
Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-68669612607983156552017-07-27T03:55:00.000+02:002017-07-27T03:57:43.450+02:00Letargo<div dir="ltr">
Los ojos se abren y el vientre oxidado se resiente ante el primer movimiento de espiración. Rasga, araña la piel y retiene un hilo de luz entre polvo y silencio, donde todo había quedado sepultado. Ahora resurge, impertérrito. Sin miedo. Se resquebraja la raíz, brotando de nuevo, sin más testigo que la noche. Y con sigilo, vuelven las palabras. Vuelve la insaciable sed de voltear lo de dentro, lo que las entrañas esconden, al papel. Y el letargo, ajeno al tiempo, llega a su fin.</div>
Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-37930586869106425322016-03-20T03:56:00.000+01:002016-03-20T03:56:51.634+01:00Madame Bovary<div dir="ltr">
<br />
Y la bruma golpeaba toda incertidumbre, al borde de la inconsciencia y el baile a dos de la última luna llena de la noche. Terminación en salitre, principios aislados en vacío, y pasos al ritmo del viento. Sedientos, ardemos. Y no nos conformamos. El eco vuelve. Entrelazando el cielo a las metáforas de unos labios pintados a las seis, en la madrugada todos duermen, y yo me acuerdo de ti.</div>
Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-25074783488988509632016-03-15T21:06:00.000+01:002016-03-15T21:10:21.026+01:00La ventana<div dir="ltr">
<br />
Llevaba toda la mañana sentada en la silla, frente a la ventana. Sólo el renqueante vaivén de su pecho daba a entender que aún quedaba vida en ella, aunque sólo fuera en el más recóndito interior. Sus ojos, vacíos ya de esperanza y lágrimas, hibernaban junto al brillo que hace tan poco tiempo nivelaba la oscuridad del mundo, que ahora se mostraba ganadora de la batalla. Una batalla sucia, que había comenzado y terminado al mismo tiempo con un golpe certero que nadie esperaba. Me acerqué con pasos lentos, haciendo sonar el suelo de madera para que notara mi presencia, pero a pesar de ello no se movió. Cuando llegué a su lado posé mi mano en su hombro, con levedad, con miedo y prudencia, como si fuera de un cristal frágil y fino como la superficie de un mar en calma. Mantuve en esa posición la mano, notando su piel templada, durante un tiempo del que perdí noción, intentando no sé qué exactamente. Estaba ahí, a mi lado, y la tocaba, pero realmente estaba lejos, perdida. Esa mano que descansaba en su hombro sólo buscaba dar cuerda a la vida, devolver al tiempo a su lugar, enterrar el dolor. Comencé a notar lágrimas cayéndome por la cara, que llegaban a mi boca donde la salinidad se mezclaba con las palabras no dichas, las palabras que no salen porque se saben impotentes. Antes de que la mano comenzara a temblarme la aparté, quizás con demasiada brusquedad, y salí de la habitación con la desesperanza ahogándome, volviendo la mirada antes de cruzar la puerta. Por la ventana entraba una luz cálida, impávida, que se reflejaba en un cuerpo con un interior en ruinas.</div>
Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-65764357784911563662016-02-28T17:07:00.000+01:002016-02-28T17:07:53.046+01:00Réquiem<div>
<br /></div>
Palpita el pulso por mis dedos<br />
<div>
que bailan al viento en tu despedida</div>
<div>
y acompasan la música sibilante</div>
<div>
del réquiem echando raíz.</div>
<div>
La vida siguiéndote.</div>
<div>
Mientras, yo inmóvil.</div>
<div>
<br /></div>
Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-92188578456059736302016-02-16T22:06:00.000+01:002016-03-15T21:04:43.709+01:00G. Abstracciones (I)<br />
En el patio, las escaleras que llevan a la puerta de casa son de piedra. Hoy están húmedas, frías. La lluvia que ha caído por la mañana, cuando el sol aún hacía acto de presencia de forma tímida, se ha vaporizado en parte, mientras que la otra se ha recluido en su interior. Las observo desde la ventana de la cocina, entreabierta, y mimetizo su situación con la mía, con el recuerdo de M, que me rodea, envolviéndome, recorre mi espalda tensándola y se clava muy poco a poco, como disfrutando del momento, en el pecho. Y abro la puerta, me siento en esas mismas escaleras y desayuno, apoyado en ellas con una mano, notando como ese frío que respiran es el que a mí me ahoga desde hace cinco meses, cuando todo se desmoronó.<br />
<br />
<br />Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-30089072556914842512016-02-14T18:19:00.000+01:002016-02-14T18:19:08.632+01:00Conversaciones con S (III)<br />
—Al final tenías razón, es la típica que ponen todos los años en San Valentín.<br />Estábamos en casa de S, y acabábamos de ver una película que habían anunciado durante toda la semana “para ese día tan especial”. S insistió en verla a pesar de mi reticencia.<br />—Te lo dije, puro pasteleo. No sé como alguien puede pensar que esto puede ser real. <br />—La verdad es que hay quien consume el amor a mordiscos... No se sacian, y lo agotan por pura avidez, por gula. Bucean en él a pleno pulmón, hundiéndose en la más recóndita profundidad que estas películas venden como la idealidad. Y lo malo es que cuando llega la calma, la realidad, quieren volver a respirar, pero ya están lejos, a kilómetros de la superficie, y allí esos pulmones se quedan sin aire y el corazón deja de latir.<br />S cerró los ojos, como intentando recordar algo.<br />—“En ese punto intenso de cocción en que el agua hierve, se acaba pronto el caldo en la cazuela y se chamusca el puchero que con tanta ilusión estabas preparando. El ardor sólo sirve para achicharrar las cosas”, escribió Chirbes en su novela “En la orilla”.<br />Me quedé en silencio, pensando en la frase. Al cabo de un rato me dispuse a contestar, pero cuando la miré estaba dormida con la cabeza apoyada en el respaldo del sofá. Me levanté con cuidado y le puse su cojín con estampado de libros bajo la cabeza, la tapé con una manta y apagué la televisión. Me puse el abrigo y la bufanda, y salí sin hacer ruido de su casa, al frío invierno de febrero.<br />
<br />Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-30476186553944262132016-01-27T01:06:00.000+01:002016-01-27T01:06:04.961+01:00Madrugada<div dir="ltr">
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Noté el frío de invierno cuando me dispuse a cerrar las contraventanas de la habitación. Era ya tarde, la madrugada había traído el silencio al pueblo, y tú te hacías un ovillo en la cama con la manta sobre tu cuerpo. Respirabas despacio, tranquila. Ajena al viento que asolaba fuera, lejos del mundo, soñando alguna de esas historias que luego me contabas por las mañanas.</div>
Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-86126204258281066272015-11-05T00:21:00.001+01:002015-11-05T00:21:27.877+01:00En la ciudad<div dir="ltr">
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Corre. Rompiendo los posos que dejó la niebla y la sal de las lágrimas. Huye y despoja el dolor con un grito de seiscientos cuarenta y dos hilos de voz, con la certeza de que tras el silencio siempre habrá un camino. Retén en tu puño el pulso, y que roce cada canción que levita en los oídos de la gente que camina a tu alrededor. Y di adiós. Y vuela libre. Que explote el pecho. Y resuenen los latidos en la ciudad.<br />
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Odio a mi puta cabeza. Sobre todo las noches, las malditas noches en las que el sueño se esconde y no aparece. Ahí el cerebro se convierte en ferrocarril, sin paradas, sin una sucia pausa para repostar. Y me carcome, me golpea, me deshace y me traspone a un abismo de pensamientos, donde cada uno tiene su espacio reservado para pasearse libremente por mi sien. Es un puto club privado de ideas que van con lanza en ristre y una pistola en la otra mano para rematarme si me queda algún atisbo de tranquilidad. Y caigo de forma exhausta, después de horas, tras haber bailado el agua a cada idea que acariciaba con cuchillas afiladas mi cabeza. Mi puta cabeza.</div>
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Hoy he estado en el cementerio. Te he dejado un ramo de tulipanes, tus flores favoritas. Aunque realmente ha sido por apariencias, debo mantener la idea de tristeza a mi alrededor. Pero aún así sonrío, sonrío cuando estoy frente a tu lápida. Seguramente alguien me habrá visto, pero lo atribuirá a que estaré recordando momentos felices a tu lado. Y vaya si lo hago. Cada vez que te visito recuerdo tu sangre, borboteante, frenética, al ritmo de tus latidos que buscaban la vida que se te iba por la garganta. Y tus ojos, tus ojos cada vez más vidriosos, huidizos, buscando alrededor algo a lo que aferrarse antes del fin. Luego fue fácil encubrirlo, lo tenía planeado desde hace tiempo, no creas. Pero eso ahora no importa. Lo que necesito ahora es paz, tranquilidad. Y estos malditos pensamientos no me lo permiten, me repiten que necesito más sangre, que necesito calmar mi adicción. Me mudaré. Aires nuevos, nueva vida, alejarse de todo, encajará. Y allí donde nadie me conozca buscaré la forma de tranquilizar de nuevo los deseos que abarrotan mi puta cabeza.<br />
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Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-57751610927976811812015-09-12T03:18:00.000+02:002015-09-12T03:18:02.676+02:00Fieras<div dir="ltr">
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Aúllan. Aúllan como fieras, bestias de la noche y la oscuridad. Relamen las heridas, esconden sus deseos, y observan, impacientes, la niebla que les rodea. Buscan, no encuentran, y la rabia les invade, y se encogen, tensos, ateridos de frío, inundándose poco a poco y ahogándose en la angustia de una noche más sin libertad.</div>
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Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-45377058558724529692015-08-17T02:23:00.000+02:002015-08-17T16:03:43.684+02:00Universo rojo<div dir="ltr">
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Tenía una cierta calidez en la voz que hacía que todo lo que transcurría en esa habitación, en el mundo, en aquel lugar donde sus labios moviéndose eran un baile delicado rodeado de movimiento frenético, fuera una simple brisa imperceptible que recorre una montaña que se encuentra en total silencio. Con cada respiración que entraba en su boca para poder continuar hablando se atisbaba una lengua que bien podría dejar exhausta a cualquier mirada que intentara no embelesarse con ese juego de curvas, que trazaba con la dulzura y sensibilidad de una tela colgada moviéndose al ritmo del viento una tarde de otoño soleada. Las palabras fluían, acariciaban los oídos y sin preámbulos se dirigían directamente al cerebro, provocando un placer entre eléctrico y dominante, poseyendo todos los sentidos del cuerpo un segundo después. Unido a la silla, incapaz de moverme un solo milímetro debido a una gravedad discordante a todo lo posible físicamente, que me hundía hacia abajo y a la vez en dirección a su boca, tuve el deseo irrefrenable de mirar a sus ojos. Y cuando un segundo después, tras haber conseguido estoicamente levantar la cabeza y olvidar ese pequeño universo rojo, su mirada se cruzó con la mía, las luces se apagaron, provocándome una exhalación debido al aire que involuntariamente había olvidado expulsar de mis pulmones, y el consiguiente sentimiento de vacío al darme cuenta, tumbado en la cama, de que todo había sido un sueño.</div>
Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-74414079300094756972015-07-29T05:00:00.000+02:002015-07-29T05:00:23.098+02:00Cierra los ojos<div dir="ltr">
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¿Cómo seguir adelante cuando toda tu vida desaparece, sin dejar rastro ninguno del pasado?¿Qué hacer ante la adversidad de tener que buscar un camino entre escombros cuando creías tener todo atado y bien ordenado, cuando te das cuenta de que vivías equivocado? Todo en tu mente se desmorona, y provoca como primer punto el shock. No hay más, te dices, todo era mentira. Y ahí, en caída libre, se te revuelven las tripas y cierras los ojos. Sabiendo el futuro golpe, la rotura asegurada. Y no hay cosa más valiente que sentir miedo, no hay cosa más humana que cerrar los ojos y llorar.</div>
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Bienvenidos al desastre<br />
al derrumbe en implosión<br />
al pasado<br />
al ayer.<br />
A las ciento cuarenta palabras<br />
de una poesía<br />
sin rima ni verso<br />
sin métrica y sin salvación.<br />
Bienvenidos al olvido<br />
al baile de la súplica<br />
con la locura<br />
al paseo de un invierno<br />
por el estallido<br />
de la garganta de los cuerdos.<br />
A la sepultura de la lluvia<br />
ahogada en el recuerdo<br />
del fuego ardiendo<br />
quemando la razón.<br />
Bienvenidos a las balas<br />
que atraviesan la luna a pleno día<br />
y rompen más allá<br />
de una simple tregua.<br />
Al tambalear de unos acordes<br />
en plena caída<br />
a pleno pulmón<br />
en el interior de una metáfora<br />
sin sentido.<br />
Bienvenidos<br />
a las ruinas de mis letras<br />
al final del silencio<br />
y el principio de la tormenta.<br />
Bienvenidos.<br />
Pasen y vean<br />
y no destrocen más<br />
de lo que ya ven<br />
a sus pies.</div>
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Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-89664135118939753822015-06-12T03:49:00.000+02:002015-06-12T03:49:07.446+02:00Sal al balcón<div dir="ltr">
Y que llueva<br />
Y se inunde la tristeza </div>
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Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4638712297487932005.post-73836339117664051492015-04-28T01:13:00.000+02:002015-04-28T01:13:01.054+02:00Nada<br />
Gotas azules tambaleándose en mi sien que vienen y van, llevando por cada pensamiento un cielo, por cada sentimiento una aguja y por un latido todos mis gritos enlatados en un bote de tomate triturado. Remito tus cartas a Francia, y luego las quemo. Esparzo las cenizas en tierra quemada, como si fueran semillas a punto de brotar, creando un árbol acorde a Fibonacci, perfecto, deletéreo, injustamente inverso a tu mirada. Juego a cara o cruz con sus hojas y luego escalo por sus ramas hasta lo más alto, para sin más lanzarme, zambullirme, retarme en picado a tu espalda y en oblicuo a tu filo. Herida sobre cicatriz, sangre goteando al suelo en perfecta gravedad, pero asíncrona al reloj de la habitación donde estaba encerrado el tiempo que todo lo cura, que todo lo expande, que todo lo comprime, lo evita, lo esconde, lo protege, que todo, todo, todo...<br />
Que nada.<br />
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<br />Ragga Movirektorhttp://www.blogger.com/profile/03125002489860856167noreply@blogger.com0