Mantas de papel, que arden con un solo sueño soñado. Y la
silenciosa historia de amor en tu tejado. Dos cosas que me tenían en vilo
aquella noche de Agosto, mientras tartamudeaba la ventana por el viento. Pero al fin y al cabo no hice nada por evitar
ese recuerdo, esa mano ayudándome a subir, tu sonrisa cómplice y el par de
cervezas heladas bajo mis brazos. Porque de sueños está hecho el mundo, y tú
eras actriz principal del único acto de la noche.