Penumbra de papel

Figurita de mazapán, que te escondes tras un do sostenido, variando mis ritmos circadianos. Interludio de mis sueños, que me deslizan acariciando las costuras de tu invierno.

Aguacero en tu corazón, que evito con un soplido y un paseo por tus piernas. Palabras escondidas en tu cuello, y proyectadas a tu oído en forma de espiral, aventurándome a dibujarte escalofríos por cada suspiro repartido en el iris de tu mirada. De las estrofas de tus labios salieron dos sílabas en re mayor, que anunciaban silencios solapados por las yemas de tus dedos, y un viaje a las Pléyades a miríadas de tu cama. Abastéceme de besos para la batalla que comienza en tu cintura, y acaba al proyectarse en ti las sombras de la ventana.

Y luego, amanecer en tu espalda, respirando al pulso de tu tacto. Y solamente un deseo rondando en mi cabeza. Que esa sonrisa que anuncia tu despertar

sea siempre por mi puñetera culpa.

Fringe

No suelo poner este tipo de cosas en el blog, pero la ocasión y la razón lo merece. Estoy descargando los dos últimos capítulos de Fringe, mi serie favorita y la mejor serie de ciencia ficción de la historia. Y hoy todo acaba.

Hace aproximadamente 3 años comencé a verla, no recuerdo por qué razón, pero doy las gracias a eso fuera lo que fuera. Fringe no es una serie de ciencia ficción, no es solamente eso. Unos dicen que es el siguiente Expediente-X, y a mí me entristece que haya gente que no la vaya a ver porque “si es como Expediente-X…”. Fringe trata también de amor, valoración de las cosas, de lucha y de dudas.  Te enseña, te hace pensar, comerte la cabeza y también te deja sin respiración y con los ojos como platos al final de ciertos capítulos.

            Y todo esto es gracias en parte al Cast de esta serie. Con actores como John Noble (Walter) y Anna Torv (Olivia) te das cuenta de lo que es realmente ser actor. La interpretación es tan sublime y roza tanto la perfección que resulta raro verles luego en un video hablando sobre sus impresiones del capítulo que han grabado. Y pocos premios en mi opinión han recibido por ello. Pero eso es otra historia.

            Fringe tiene cosas que otras series nunca tendrán. Tiene casos imposibles, calvos extraños, gliphs, drogas, y una vaca. Y otras mil cosas que no quiero poner para evitar spoilear a quien aún no la haya visto. Fringe es al límite, pero al límite tendiendo a infinito. Yo simplemente recomiendo que si tienes pensado empezar a verla no leas siquiera una sinopsis sobre de que va la serie, que vayas directo a los capítulos, le des al play, y la disfrutes, porque cuando llegues a estos dos últimos vas a estar con el corazón en un puño, como yo.

            La serie se acaba por la audiencia, cosa que ha podido hacer que esta serie acabara antes de tiempo, pero que básicamente gracias a la ola mundial de fans que colman las redes sociales en cada capítulo ha hecho pensárselo más de una vez a su cadena, haciendo que afortunadamente la serie tuviera un total de 5 temporadas.

            Acabará convirtiéndose en una serie de culto, ese es mi vaticinio antes de ver estos dos capítulos. Y yo me siento muy orgulloso por ser de las personas que ha estado en el mismo final disfrutando de ella.

            En unas 2 horas comenzaré a verla. Y se que la intro va a hacer que mi garganta me queme, y se me caiga alguna lagrimilla, porque sé que será la última vez que la vea para ver un nuevo capítulo.

            Gracias Fringe, gracias a los productores, actores y todo el elenco que han formado esta serie con mimo y cariño. Y por supuesto gracias a esos fans que han estado ahí, poniendo los capítulos ya subtitulados apenas unas horas después de ser emitidos, a los que te cuentan todo lo que acontece a la serie nada más salir una noticia, y los que te enseñan cosas más allá de lo que crees haber visto en cada capítulo. Si esta serie es grande es por supuesto gracias a todas esas personas.

            Y ya me despido, que menudo tocho he escrito. Ha sido un placer y un honor haber formado parte de esta cosa tan grande llamada Fringe. Hasta siempre, au revoir. Vagenda.

            Ahora, a disfrutar del final.