domingo, 17 de noviembre de 2013

Tipografía


Si quieren hablar de tipografía
háganlo sobre las comillas
de la comisura de sus labios.
Pero no se asusten
es normal
notar cierto rubor y atracción
hacia esa curvatura.
Escogerán un sueño
e incluirán esa imagen
en alguno de esos resquicios
que se dejan a la fantasía.
Y a pesar de ello
nunca tendrán clavado
en la parte izquierda
del costado de los recuerdos
esos ojos tristes, inundados.
Todo comenzó
en una noche azul lluvia
y negro tempestad.
Se escondió entre mis cuentos
y 231 días durmió
bajo una hache muda
esperando a que esas nubes
se alejaran de su tristura.
Y cuando todo amainó
y la calma se acercó
esas comillas
que ahora ustedes ven
me susurraron mil viajes
en naves de cartón piedra
colores imposibles
e hipérboles de una flor.
Relegó mis ideas
de pausas y calma
a un tercer plano
de abecedarios con escalofríos.
Y me hizo comprender
que si algo está al revés
solamente es
una cuestión de gravedad.
Así que si quieren
hablen de tipografía
de comas, puntos y aparte
de silencios y golpes.
Pero no olviden
que lo estúpido, lo irracional
sería no nombrar
entre comillas
la comisura de sus labios.