domingo, 14 de julio de 2013

Epílogo


El sueño entró en su cama procurando no hacer ruido. Se tumbó en el hueco que quedaba, y evitó despertarla. En su cabeza se oían pliegues sin sentido y colores de una sílaba. Al despertar habría olvidado todo, La Nada recorrería sus pensamientos, y eso le asustaba. No quería perder ni un recuerdo, y sin embargo tras cerrar los ojos eso sería inevitable.

De pronto se le ocurrió una idea. Se levantó con parsimonia evitando cualquier silencio interrumpido y se alejó de la cama donde ella dormía. Empezó a correr cuando estuvo seguro de que nadie le oía, y a medida que se acercaba al agua aminoró el paso. A un metro de la orilla se paró, y eligiendo bien las palabras susurró algo al mar. Luego desapareció.

Ella despertó por la mañana, y sin un momento para situarse escuchó esas palabras en su cabeza:

Laberinto. 147 pasos y aún en su centro. Orbitando de forma no geométrica, impar, desordenada. Incoherente. Y aún pensando que hago aquí.