lunes, 13 de febrero de 2012

Martes


Entró al lugar,procurando no manchar los zapatos con un charco, y tras el chirrido de la puerta observó la poca gente que había. Se situó en la cola más cercana, con una pareja por delante, y esperó. En su turno pidió, sin resquemor, una entrada para la película más larga. "Y que empiece en menos de 15 minutos. Pero no me digas el nombre". La mujer le dio la entrada, en un intercambio por 6.50€. "Sala 4",espetó. Cruzó la esquina dirección a la sala, y antes de dirigirse al tipo que rompería a la mitad sus 6.50€, pidió un menú de palomitas resecas con Coca-Cola al 40% de hielo. Pagó, para luego darle la entrada al rompemitades, y se dirigió a la sala.

Estaba sólo, así que eligió un sitio al azar. Se sentó, acomodó las palomitas y la bebida, y guardó la mitad de la entrada en su bolsillo. A los pocos segundos las luces se apagaron, así que era el momento. Sacó su gramo de coca, comprado al mejor postor, en un callejón de Madrid.

Esos eran sus martes de fantasía.


Murió un jodido lunes.